Tras largos años de preparación e interminables horas de fatigoso trabajo para reunir la logistica, una gran expedición Tandilense atravesó la llanura pampeana. Qué mejor objetivo elegido que el recorrer la cuenca del Salado, que igual a la identidad del grupo, encuentra su origen en lo profundo de la tierra desde el principio de los tiempos, lo que hacía una buena química con el terruño granítico de donde son oriundos los ávidos aventureros, aventureras y aventurerito (Alejo).
Vaticinaban los estudios previos y comentarios de los lugareños, que el rio caudaloso ya no era tal, y que la seca agrietaba hoy su lecho barroso (nada que ver con Roberto a quién le mando saludos).
Vaticinaban los estudios previos y comentarios de los lugareños, que el rio caudaloso ya no era tal, y que la seca agrietaba hoy su lecho barroso (nada que ver con Roberto a quién le mando saludos).
Algunas postales de época muestran al equipo Tinto sediento de un torrente que le permita una remada más coherente y menos dura que los pajonales, sin amedrentarse encararon igual a campo traviesa, (Ver foto de Alberto, de Ivana y Ariel) desde RAUCH a la vera de la ruta 30 hasta GORCH pasando LAS FLORES allá por ruta 3. Una buena capa de cinta de embalaje impidió el desgaste total de las canoas, del isquión y del coxis.
Ya sobre el caudaloso lecho, un poquito más angosto que el Rio de la Plata, demostraban un notable equilibrio y percepción, dejándose llevar por la corriente entre ramas, piedras, alambres y peces muertos flotando a la deriva.
Solo el dedo celestial del señor (el señor que sacó la foto) guíaba su rumbo incierto de peligros y misterio. Aunque el único misterio después fue entender como llegaron. (ver antecedentes del mismo grupo en el Quequén).
Al arribar a las tolderías de Belgrano City, los nativos los recibieron amistosamente y con gran aceptación los hospedaron permitiendole armar sus chozas, acercándoles troncos para el ritual nocturno del fuego sagrado. Ariel hizo de interprete, se vistió acorde al atuendo de los anfitriones y creó lazos de camaradería naval. (ver detalle del taparrabo haciendo juego con sus botitas artesanales).
Como parte del entrenamiento inspirado de Los Pumas, el profe hizo bañar a los varones con agua helada porque dijo que tenía efecto desinflamatorio. Para las chicas que son más finas, delicadas y limpitas se puso a soplar el molino, que llenó el termotanque con aguas termales y perfumadas.
Muy arraigado en tradiciones religiosas paganas y bien entrada la noche (entrado también el vino y la cerveza que se tomaron), el grupo tinto realiza rituales también paganos, danzas dedicadas a la pachamama besando la tierra, que terminan con el sacrificio de algún animal vacuno o similar, todo para que al siguiente día la dicha de los dioses los proteja en su travesía final durante los quince mil quilometros de remada que les faltan.
Al que le sobraba energía era a Gastón, (su Nitro estaba compuesto por una rareza de Vino tinto con Speed y cerveza), mató el aburrimiento recordando sus tardes de pesca en Bahia San Blas y con notable maestría de conocimiento sobre piscicultura perceptiva extrajo tras tres horas de ardua pelea, un Tiburón de 120 kgs, (ver foto) que como practica la pesca deportiva devolvio al Dios Neptuno.
No alcanzan los comentarios para describir el coraje que ostentó este grupo, para muestra bastan dos fotos, y diganme si vestirse así no es tener coraje !! (Alberto a la izquierda y César a la derecha)
Muy arraigado en tradiciones religiosas paganas y bien entrada la noche (entrado también el vino y la cerveza que se tomaron), el grupo tinto realiza rituales también paganos, danzas dedicadas a la pachamama besando la tierra, que terminan con el sacrificio de algún animal vacuno o similar, todo para que al siguiente día la dicha de los dioses los proteja en su travesía final durante los quince mil quilometros de remada que les faltan.
Al que le sobraba energía era a Gastón, (su Nitro estaba compuesto por una rareza de Vino tinto con Speed y cerveza), mató el aburrimiento recordando sus tardes de pesca en Bahia San Blas y con notable maestría de conocimiento sobre piscicultura perceptiva extrajo tras tres horas de ardua pelea, un Tiburón de 120 kgs, (ver foto) que como practica la pesca deportiva devolvio al Dios Neptuno.
No alcanzan los comentarios para describir el coraje que ostentó este grupo, para muestra bastan dos fotos, y diganme si vestirse así no es tener coraje !! (Alberto a la izquierda y César a la derecha)
Gracias por tantas alegrías, por tanta amistad compartida, por la combi comprimida de afecto y olor a oso, gracias por todo…menos por el pelot.. del chofer (el mismo de siempre) que de arrancada no subimos ni la loma alta del dique, y al llegar a Belgrano tuvimos que esperarlo mojados porque se fue de paseo y nos llevó los bolsos.